En 1946, Paula Fox subió a bordo de un barco de transporte de tropas parcialmente reconvertido con la clásica esperanza estadounidense de hallar experiencias, o quizá la salvación, en Europa. Tenía veintidós años y se pasaría el año siguiente transitando entre las ruinas de Londres, Varsovia, París, Praga, Madrid y otras ciudades como reportera para una pequeña agencia de noticias británica.
En estas lúcidas e impactantes memorias, Fox describe sus movimientos a través de las revueltas fronteras europeas: viajes improvisados a castillos vacíos y catedrales en ruinas; una breve temporada en la Varsovia destrozada por las bombas en plenas elecciones comunistas; noches pasadas en apartamentos aquí y allá con parientes lejanos o amigos de amigos, y en destartaladas pensiones sin apenas calefacción,con los horrores de la guerra resonando por doquier. Una mujer joven sola, sin planes ni un sueldo seguro, Fox avanzó con el resto de Europa mientras el continente se reconstruía y redescubría entre las ruinas.
Elogiada como escritora desde hace ya tiempo, Paula Fox atrajo una nueva generación de lectores con Elegancia prestada, las aclamadas memorias de su infancia. Ahora, con El invierno más crudo, narra otro capítulo de una vida aparentemente repleta de historias, una instantánea singular e imparcial del mundo visto por una escritora en los albores de una ilustre carrera.